lunes, 15 de diciembre de 2008

LA 1 REGLA DEL SABIO PARACELSO

"1º Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un hábito que debes a tu propia dignidad. "

TEOFRASTO BOMBASTO VON HOHENHEIM "PARACELSO". médico y alquimista.

LA RISA DE LA LLUVIA

Espero el autobús que no se asoma y la llovizna persiste aunque con pocas ganas. Ansioso, estrecho el mango del paraguas con las dos manos. Las entrelazo en posición orante, pero Dios no está aquí. Sólo yo y mi angustia. De pronto veo caer la lluvia y miro las innumerables gotas: pequeñitas, imperceptibles para mí hasta ahora. Y me reprocho el egoísmo al no ver la belleza de las gotas. Al mirarlas me doy cuenta que cada una de ellas es un universo y pienso en los innumerables seres que me miran desde adentro. Luego miro al fondo, hacia unos árboles de mango y veo sus innumerables verdes, el verde de sus hojas que se mueven con el viento. Y miro el viento que mueve la lluvia en ángulo semirrecto; y el pasto mojado por la lluvia, con sus innumerables verdes, en innumerables mundos. Siento una alegría y quedo extático al momento. Me recreo en los arbustos frente a mí, con sus flores lilas, blancas y amarillas; en los árboles de mango, en las gotas de la leve lluvia, en el verde del pasto, en el negro del asfalto, lustroso y estrellado por la escorrentía, en el de las palmeras, en el manto gris del cielo y en el viento que ríe. Me doy cuenta que es Dios quien ríe en el viento y yo sonrió entonces. Sopla más fuerte, mece el paraguas y éste se agita al vaivén de la lluvia y su tolda baila al ritmo del viento; sólo yo intento estar serio y recto, mas se mueve mi rostro y vuelvo a sonreír, esta vez, esta vez en forma audible. Entonces Él se alegra de mi risa y estalla en carcajadas; llueve más fuerte y nos alegramos todos.